INTEMPERIE

Un niño escapado de casa, escucha, agazapado en el fondo de su escondrijo, los gritos de los hombres que le buscan. Cuando la partida pasa, lo que queda ante él es una llanura infinita y árida que deberá atravesar si quiere alejarse definitivamente de aquello que le ha hecho huir.  Una noche, sus pasos se cruzan con los de un viejo cabrero y, a partir de ese momento, ya nada será igual para ninguno de los dos.

Relato duro, desgarrador en el que la  naturaleza inclemente hilvana  toda la historia  y en la que la dignidad del ser humano brota  de la tierra seca. Un cabrero, un alguacil y un niño que simbolizan el bien, el mal y la inocencia, son los arquetipos de la novela. El autor es capaz de dotar de protagonismo al paisaje rural, de ahí la comparación con Delibes

El afán por omitir lugares, nombres (incluso el del protagonista) y tiempo permite que nos centremos en los hechos, no en lo accesorio. La novela se desarrolla de una manera lineal, no se retrocede al pasado a pesar de que al leerla se intuye que la clave está precisamente en ese pasado.

JESÚS CARRASCO

Nació en Badajoz en 1972 y en 2005 se trasladó a Sevilla, donde reside en la actualidad. Desde 1996 trabaja como redactor publicitario, actividad que compagina con la escritura.  

Intemperie le ha consagrado como uno de los debuts más deslumbrantes del panorama literario internacional. La novela, que ha tenido una entusiasta acogida en las mejores editoriales extranjeras antes incluso de su publicación en España, se editará en trece países.

 

Fernando Savater

Decir que todas las culturas son igualmente respetables equivale a afirmar que da lo mismo cruzar un río por un puente que en balsa o andando por el fondo con una piedra pesada en los brazos                                                                                                  

                                                                                  Fernando Savater

 
                                                     http://es.wikipedia.org/wiki/Fernando_Savater

ALGO MÁS INESPERADO QUE LA MUERTE

Elvira Lindo, periodista de profesión  ha escrito en distintos registros (guiones, teatro, ensayos, artículos periodísticos e incluso ha hecho de actriz ocasional). Cuenta con una prolífica producción de  la que destaco el éxito de los libros para niños de Manolito Gafotas  y su novela “Una palabra tuya” que obtuvo el premio Biblioteca Breve. En 2010 publica su última novela “Lo que me queda por vivir” 

ALGO MÁS INESPERADO QUE LA MUERTE 

                                                                                                de  Elvira Lindo

   Reseña escrita por  Melquíades Sánchez

HAY  VIDA  DESPUES  DE  LA  MUERTE

Fue una grata sorpresa para el Club de Lectura, cuando nos reunimos e hicimos los comentarios sobre esta novela, antes de sentarnos ya nos preguntábamos incluso en la calle cuando coincidíamos ¿qué nos parecía? Y a todos nos había gustado.

Pocos habíamos leído a esta autora conocida por sus otras facetas: periodista, actriz y guionista, radio por su primera novela, televisión.

La conocíamos sobretodo por su primera novela, basada en sus personajes radiofónicos, que adquiere un éxito inesperado. “Manolito el gafotas”

Los comentarios fueron muy extensos y variados, la novela está escrita desde un sentido práctico y sencillo que es fácil de leer y hasta de meterte en los personajes lo que hace que nuestros comentarios de las historias tengan más sentido.

Miembros del club no la habían terminado, pero decidieron llevársela de nuevo para acabar de leerla, para todos eran evidentes sus facetas de periodista y locutora de radio y televisión.

Como es natural cuando surgen estas historias llenas de un sentido, que mezclan ambiciones, desengaño…algunos miembros del club siempre recordamos algunas historias parecidas y las comentamos, y así nuestras tertulias son más…familiares.

“La historia biográfica de Claude Morvan” impresionante drama familiar, de los cambios de actitud de su hijo, las mentiras, la degradación, intentos de suicidio, maltrato verbal y físico a su madre, y la violación de su hermana. El psiquiatra aconseja internarlo, su madre dice que no, lo quiere proteger no así el padre que estaba dispuesto a su internamiento –termina trágicamente, mata a su  madre y va a la cárcel- El padre visita a su hijo en la cárcel.

Esta novela biográfica se llegó a publicar, al menos recuperó a su hija que se había marchado de casa y le reportó dinero.

“La historia biográfica de Gaspar Almagro” en el transcurso de una guerra civil los acontecimientos se disparan de una manera brutal. Son dos hermanos gemelos y al matar a uno de ellos por error (los confundieron) su padre le dice que tiene que hacerse cargo de la mujer de su hermano y de sus dos hijos.

Había viajado con su novia par presentársela a sus padres, pues se iban a casar.

Novia que tuvo un hijo suyo que no llegó a conocer (su padre si que conoce la existencia de este hijo, pero no le dice nada a Gaspar) por egoísmo, por miedo a que lo mataran “Mi hermano murió en mi lugar, yo viví en el suyo”

“La historia de Teresa Recio” Chacha de demasiados recursos, quizás el trauma que sufrió de abuso sexual infantil por parte  de su abuelo materno, marcó su vida.

Su hermana  lo puso en conocimiento de su madre, y esta no hizo nada al respecto (el abuelo siguió viviendo en casa)

Tere desde su juventud lo tenía muy claro, desde el principio se había acostumbrado a fabricar “medias verdades” y quiere construirse un futuro, que va tejiendo con estas verdades a medias, par conseguir sus metas previstas a pesar de dejar demasiadas incógnitas en su vida.

Que decir cuando uno de estos personajes de esta novela es un famoso escritor de ochenta años, usa viagra estaba enfermo de corazón y muere en casa de Tere (su asistenta) en su cama, tieso como un palo “en todos los sentidos” y se lo tiene que quitar de encima – se supone que el sexo no tiene límites-

“En alguna ocasión en sus sueños es tan feliz que no le importaría que fuera el último”

En un mundo de ambiciones y frustraciones lo más importante es sobrevivir y  en esta novela  el sexo se utiliza de una manera práctica, para conseguir casi todo aquello que deseas.

Tere es una mujer muy dispuesta y bien plantada, con unas ideas que no se apartan de su cabeza un instante, utiliza el sexo en su beneficio en todos los ámbitos y quizás su verdadero amor, sea su amiga…

Es una novela digna de un estudio profundo por sus contenidos, personajes, por el cúmulo de detalles que se aprecian en su lectura y otros que deja  entrever la autora y ahí quedan para el pensamiento y la imaginación…

                                                    Ateca 23 de febrero de 2013

                                                                        Club de Lectura

                                                                                                          Melquíades Sánchez

http://www.rtve.es/alacarta/audios/asuntos-propios/asuntos-propios-elvira-lindo-habla-algo-mas-inesperado-muerte/721523/

EL GUARDIÁN INVISIBLE

Viendo  en el programa de televisión   «página 2»  la entrevista  que le hacían a la autora quedé atrapada por la forma en que presentaba la historia de su obra, si añadimos que en cierto momento de la entrevista el presentador la comparaba con la trilogía  Millennium y  las imágenes del Baztan (lugar donde se desarrolla)  que vimos a lo largo del programa, creo que despertó mi interés para tratar de leer la novela cuanto antes y una vez que cayo en mis manos, admito que la leí de tirón

De lectura ágil, lo real y lo fantástico se unen en esta novela escrita de una forma amena y  entretenida, nos habla de unos personajes que aparecen en los bosques de la zona, y que bien podrían formar parte de una particular mitología. Asesinatos, rituales, supersticiones, nos introducen   en la historia a través de una mujer, la  inspectora encargada de resolver el misterio de estos asesinatos en serie.  A lo largo de la novela nos desvela  el misterio que ella guarda desde su niñez. Muy interesante también la relación de ella y sus hermanas, en la que se intuye un matriarcado heredado por la hermana mayor.

http://www.rtve.es/alacarta/videos/pagina-2/pagina-2-entrevista-dolores-redondo/1662324/

En el valle de Baztan hay unos terribles asesinatos de chicas jóvenes que parecen tener algo de ritual. La policía designa a Amaia Salazar el caso, no sólo por su pericia, sino también por ser de la zona y conocerla bien. De este modo, la inspectora se enfrentará no sólo a un asesino, sino a toda una familia: la suya propia.

               Dolores Redondo Meira

Esta joven escritora vasca, tras estudiar Derecho y restauración y dedicarse a los negocios dio el salto a la literatura, su primera novela se publicó en 2009

Autora de «Los privilegios del Ángel» está en pleno proceso de escritura de La trilogía del Baztan. El primer volumen, titulado «El guardián invisible», publicado el 15 de enero 2013 simultáneamente en diez lenguas por editoriales de gran prestigio internacional: Ediciones Destino (castellano), Éditions Stock (francés), Bastei Lübbe (alemán), Feltrinelli (italiano), De Bezige Bij (holandés), Columna edicions,(Catalán) Erein argitaletxea (Euskera) Xerais editorial (Gallego)  portugués brasileño (Record Editora). y Noruega.

Los derechos de adaptación cinematográfica de toda la Trilogía del Baztán han sido vendidos a NadCon (joint venture del productor Peter Nadermann y Constantin Film).

LUGARES DONDE LEÍ

                                            Lugares  donde leí

por    Arturo Pérez Reverte

Ordeno mi biblioteca. Y abriendo libros al azar encuentro huellas olvidadas, recuerdos de momentos y lugares donde fueron leídos por última vez. Escribí alguna vez que atribuyo a los libros un carácter particular; una vida propia que espero sobreviva a la mía y continúe en otras manos, enriqueciendo y consolando a quienes los posean en el futuro. Si no ocurre así, y mi biblioteca, como tantas otras cosas que he visto desaparecer, está condenada a las ratas, el agua, el fuego y la destrucción, tampoco pasa nada: nadie podrá arrebatarme lo ya leído. En cualquier caso, debido a mi certeza de que toda posesión es temporal, y también por la melancolía que me suscita encontrar en libros que llegan a mis manos huellas de vidas anteriores, procuro que los míos estén desprovistos de detalles que puedan identificarme en el futuro. No quiero que nadie compadezca los restos de mi naufragio en un tenderete de rastro o en una librería de viejo. Así que, en cada revisión para ordenarlos o limpiarlos, aprovecho para borrar la huella que a veces, por descuido, dejé en ellos.

Esta vez también ocurre: tarjetas de embarque de líneas aéreas, postales con notas al dorso, acreditaciones de prensa. Casi todo fue utilizado a modo de señal de lectura: medio teletipo con una crónica de 1976 sobre el Líbano -Beirut, de nuestro enviado especial A.P.-R.-, un recibo de taxi de Buenos Aires con fecha de 1982, una factura de restaurante de Damasco… De la mayor parte olvidé su oportunidad y sentido. Otros me permiten recordar muy bien el momento en que los puse ahí: la lectura de ese libro, el lugar, las circunstancias. También encuentro otra clase de huellas: marcas antiguas deliberadas o involuntarias, subrayados, notas que a veces nada tienen que ver con la materia del libro -esas hojas blancas de respeto al principio y al final, tan útiles cuando no había papel a mano-, huellas de suciedad, quemaduras o ceniza de cigarrillos, manchas de lluvia o agua salada, café, aceite de latas de sardinas, tierra rojiza de África, mosquitos aplastados, restos de arena de una playa o un desierto. Incluso posibles dramas olvidados. Hasta en la página de título de uno de ellos –Memorias de La Rochefoucauld-, impresa con deliberada nitidez, hay una huella dactilar de color pardo, que supongo será mía. Una huella de sangre de la que nada recuerdo; ni siquiera si es propia o ajena.

Y es que un libro no es sólo un libro. Es también, entre otras cosas, los lugares donde lo leíste, el consuelo que te dio en cada momento, la diversión, la compañía. Hojeándolos mientras ordeno los estantes, compruebo que muchos de esos lugares y momentos los olvidé; pero otros siguen claros en mi cabeza: salpicaduras de agua de mar en varios volúmenes de la serie náutica de Patrick OBrian, incluida una que emborrona levemente la tinta de la dedicatoria autógrafa del autor; el tomo II de las obras completas de Thomas Mann, que durante veintiún años viajó en mi mochila y fue leído tanto junto a mesillas de noche de hoteles de lujo como a la luz de una vela o una linterna en lugares olvidados de la mano de Dios; las Vidas paralelas de Plutarco en un solo volumen que conserva entre sus páginas tierra y suciedad de hace treinta y cinco años, en Eritrea; la edición compacta y viajera de Moby Dick, de la que una vez alcé los ojos para ver, resoplando muy cerca, ballenas azules al sur del cabo de Hornos; El amante sin domicilio fijo, que leí sentado en la punta de la Aduana de Venecia, cuando allí aún no iba nadie, antes de que fastidiaran el lugar con la estúpida escultura del niño y la rana; la Eneida que cada noche me consolaba, a modo de analgésico, en una habitación sin cristales del hotel Holiday Inn de Sarajevo; el Quijote anotado a lápiz que me acompañó cuando recorría La Mancha por pueblos y ventas, pisando la huella de sus personajes; el Lord Jim que fue mi única compañía durante un ataque de malaria que estuvo a punto de despacharme al otro barrio, mientras temblaba tirado como un perro en un hotelucho infecto de Nairobi; el Stendhal de La Pleiade que estaba en mi mochila cuando entré con los guerrilleros en el búnker de Somoza, en Managua; la biografía de Hemingway y Scott Fitzgerald leída en el hotel Hornet Dorset Primavera de Puerto Rico, ante una playa sobre la que planeaban los pelícanos mientras las mujeres más hermosas del mundo se recortaban saliendo del agua en el contraluz rojizo del atardecer… Sitios amueblados por la biblioteca que ahora me rodea; libros que, con sus marcas y cicatrices propias, tallaron las mías. Soy lo que viví, naturalmente. Pero también lo que leí, y dónde lo leí. Sin esa geografía de páginas vinculadas a lugares y recuerdos, nada de cuanto veo al mirar atrás tendría sentido.                        (XL  Semanal  10/02/2013)

Suelo leer los artículos de Arturo Pérez Reverte en el XL Semanal, y aunque reconozco que a veces su manera de decir me parece, descarada, bruta…confieso que es lo primero que busco en la revista.

En este caso tratándose de libros, con este titulo y este párrafo me ha parecido una buena idea ponerlo en el blog de la biblioteca.

“Sitios amueblados por la biblioteca que ahora me rodea; libros que, con sus marcas y cicatrices propias, tallaron las mías. Soy lo que viví, naturalmente. Pero también lo que leí, y dónde lo leí. Sin esa geografía de páginas vinculadas a lugares y recuerdos, nada de cuanto veo al mirar atrás tendría sentido.”

PORQUE ÉRAMOS JÓVENES

En 1957, David, la francesa Annick y  Julián el amigo de David, pasaron unos días de verano en Ibiza. David y Annick vivieron, el espejismo de un amor que forzosamente debía hacerse realidad en otro país. Desde Nueva York, donde se ha instalado para desarrollar su carrera como psicóloga, Annick escribe a David invitándole a reunirse con ella. Desde 1958 hasta 1974, Annick escribe a David y sus cartas encierran el recuerdo de Ibiza, infundiéndole una luz que terminará por apagarse. Pero David nunca se decidirá, fascinado por la riqueza y el triunfo social decide permanecer en Madrid, firmemente amarrado a su matrimonio con la, rica y distante Genoveva. Alcanza sus metas, a costa de un vacío interior.

“Éramos alegres porque éramos jóvenes”, dice Julián.

 Es a través de los encuentros y conversaciones de largos silencios, que mantienen  Julián y Genoveva una vez muerto David de forma inesperada, a través  de las cartas de Annick y de una serie de recuerdos que retroceden a la infancia y juventud de David, como llegamos a saber del protagonistas en capítulos que describen su atmósfera familiar, y que nos ayudan a indagar en momentos clave del pasado de David.

 

 

Josefina Aldecoa (La Robla, León,1926-Mazcuerras, Cantabria, 2011), durante sus años de estudiante en la Facultad de Filosofía y Letras, conoció una serie de personas que pasarían a formar parte de la llamada «Generación de los Cincuenta»: Rafael Sánchez Ferlosio, Jesús Fernández Santos, Alfonso Sastre, Carmen Martín Gaite e Ignacio Aldecoa, con quien se casó en 1952.

En 1969 murió su marido y durante diez años permaneció alejada de la literatura, hasta que en 1981 apareció su edición crítica de una selección de cuentos de Ignacio Aldecoa. A partir de ese momento reanudó su actividad literaria y desde entonces ha publicado: Los niños de la guerra, La enredadera, Porque éramos jóvenes, El vergel , Historia de una maestra, Mujeres de negro, La fuerza del destino, El enigma, La Casa Gris, Confesiones de una abuela y los relatos A ninguna parte  y Fiebre, así